Muy lejos de ESPAÑA, existe un país llamado ARGENTINA, este país ha recibido un gran flujo de inmigrantes, en una primera gran oleada, entre los años que van desde 1870 a 1910, (inmigración alentada desde el propio estado argentino, cuyos funcionarios de esos años, seguían la premisa que expresaba, “gobernar es poblar”).
En un censo del año 1910 en la republica ARGENTINA, se registraba que un 25 % de los habitantes provenían del extranjero, la mayoría de ellos, de ITALIA y ESPAÑA.-
Fueron atraídos por promotores, que incitaban a los pobladores EUROPEOS, a venir a estas lejanas tierras, donde una vez llegados, se le indicaba un destino en el territorio, el estado nacional argentino, les donaba tierras, elementos de labranza y semillas, mas una ayuda alimentaría para los primeros meses.
En aquellos años, los emigrantes españoles, se dedicaron esencialmente a tareas relacionadas a las ciudades, donde, los problemas para subsistir, eran diversos, sea por alimentos, sea por alojamiento, esto tendía a que los españoles, tuvieran familias con pocos hijos, mientras que los italianos, optaban, por su formación, a dedicarse a las tareas rurales, donde de hecho por el entorno y el tipo de tarea a realizar, eran muy comunes, las familias numerosas.
En una segunda gran oleada llegaron como inmigrantes económicos y refugiados, entre otros, ciudadanos españoles e italianos, luego de las guerras mundiales y la guerra civil española.
La legislación italiana, otorga en materia de derecho de nacionalidad, la posibilidad de obtener la doble ciudadanía, a cualquier persona que tenga aunque sea , un mínimo de sangre ITALIANA, “jure sanguinis” ,(sin limites de generaciones y permite además tramitar la ciudadanía a, los ancestros ya fallecidos, pero sin salto de generaciones),siempre que consiga demostrar el vinculo familiar .
Se estima que ingresaron a ARGENTINA, un total, de mas de 1,1 millones de italianos.
Este criterio (jure sanguinis ), también es aplicable, a las personas nacidas, y ya residentes en los territorios que pertenecían al IMPERIO AUSTRO -HUNGARO (Trentino-Alto Adige/Sudtirolo/Friuli Venezia Giulia), luego recuperados por ITALIA.
Hoy , la ARGENTINA, está habitada por casi 37 millones de personas, de este total, prácticamente 25 millones de habitantes, son potencialmente, italianos, en los términos que la legislación en la materia regula tal cuestión, las proyecciones para el año 2050,dan 50 millones de habitantes a la ARGENTINA, o sea 36 millones de italianos “ jure sanguinis”.
Es decir que en estos años, ITALIA, con una población estimada en 57 millones de habitantes, tiene en la ARGENTINA, como, italianos “ jure sanguinis, el equivalente al 43,86 %, de la población de los italianos nativos y que habitan ITALIA.-
La mayor parte de los ciudadanos italo-argentinos, que migran a EUROPA, se establecen en ESPAÑA motivados por las facilidades comunitarias y el idioma, (a este fenómeno, alguna especialista, dio en llamarlo, LA ITALIANIDAD VACIA).-
Nos encontramos pues, que, en la actualidad, ESPAÑA, niega a la descendencia de su propia sangre, lo que otorga a sus hijos por adopción (VIA COMUNIDAD EUROPEA).
No soy yo un especialista en derecho constitucional, ni nada que se le parezca, es más no soy un leído en cuestiones de derecho, pero creo tener desarrollado, el sentido común.-
Es por ello, que no me atrevo a atacar la constitucionalidad, de determinados artículos, de determinada ley, pero si me atrevo a decir, NO TIENE SENTIDO QUE:
El bisnieto de un inmigrante ESPAÑOL,(AUNQUE SEA POR LINEA PATERNA) no pueda obtener la CIUDADANIA ESPAÑOLA, pero, “si tiene la suerte” de poseer un TATARABUELO ITALIANO ,aún por LINEA MATERNA, y el interesado, nació luego del año 1948 (constitución de ITALIA), con toda seguridad, podrá ser ITALIANO de pleno derecho, y por ende, tendrá pasaporte COMUNITARIO, lo cual le permitirá residir, trabajar, votar y ser candidato en los ayuntamientos, todo esto en ESPAÑA.
Creo que puedo plantear, estas reflexiones, desde la autoridad moral que creo tener, para abordar el asunto de la ciudadanía, por cuanto soy español de origen, al igual que mis dos hijas, y no por ello fuimos a ESPAÑA a buscar trabajo, o un mejor pasar.
La ciudadanía ESPAÑOLA, es para nosotros, y otros muchos como nosotros, una cuestión de CARIÑO POR NUESTRAS RAICES, cariño este, que va mucho mas allá, de las cuestiones económicas coyunturales.
Todo lo antes expresado, NO TIENE LA INTENCIÓN DE SER UN PANFLETO ANTI- ITALIANO, muy por el contrario, pretende despertar en los poderes constituidos, los medios de comunicación masivos, y en los habitantes de ESPAÑA, vista desde una perspectiva distinta, la imperiosa necesidad, de modificar, los actuales criterios en materia de ciudadanía, o en su defecto, asumir responsablemente, sus consecuencias no queridas.
SE DEBE, IMITAR A ITALIA, QUIEN CUIDA DE SU DESENDENCIA, o tener los brazos muy abiertos, para recibir, en un futuro no muy lejano, a un elevado porcentaje de los millones de italo-argentinos, que irán a cubrir las necesidades de mano de obra calificada y profesionales universitarios, que se requerirán, para acompañar el crecimiento del P.B.I., o producto bruto interno de ESPAÑA.-
Insisto en el punto, los responsables en la materia, deberán asumir que ESPAÑA,(como lo indico mas arriba en esta nota), irá cubriendo sus necesidades de población joven, con italianos “ jure sanguinis , que hablarán ESPAÑOL, pero que no tendrán con ESPAÑA, NADA MAS QUE UN VINCULO ECONOMICO, con lo que ello significará, en términos de perdida de las raíces culturales, de toda ESPAÑA.
Desde ya quedo a sus gratas ordenes.-
Atentamente:
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