El último gran regreso que le faltaba a la TV en esta temporada se concretó anoche: Susana Giménez, por segundo año consecutivo en domingo, volvió a las pantallas con una buena cifra de rating, aunque algo menor a la del año anterior. Marcó 24.8 puntos de promedio, con Enrique Iglesias, Ricardo Darín y nada menos que Diego Maradona como invitados.
Estrenando su Martín Fierro de Platino y con un vestido "alhaja" que no dejaba mucho espacio para la imaginación, cortesía de Manuel González, Susana Giménez volvió a su espacio en un programa –por única vez- sin cortes.
El inicio del programa mostró una coreografía no tan grandilocuente como la de Marcelo Tinelli del lunes pasado, pero con su gracia, cortesía de un nuevo coreógrafo, Darío Petriuzzo.
El Martín Fierro de Platino que se le entregó tras una votación telefónica se llevó varios comentarios. "Quiero agradecerle a la gente. Gracias al pueblo por estar conmigo", expresó. Y luego confesó que había llamado para votarse cuatro veces.
En su monólogo inicial también habló de sus cinco meses de vacaciones, aunque aclaró que había estado trabajando en ese tiempo. Descontracturada y fresca (y bastante olvidadiza) tomó lugar en su tradicional escritorio y agradeció la torre de flores y regalos que recibió para el debut.
El primer invitado en aparecer fue Enrique Iglesias, quien cantó y a su vez le cantaron el "Feliz cumpleaños". "No podés ser tan lindo, me ponés nerviosa", le dijo Susana. El español presentó su disco y una buena dosis de desmesura: un poco cuando elogió a Aerolíneas Argentinas como "la mejor del mundo" y en demasía cuando arriesgó que Juan Luis Guerra, con quien hizo un dueto virtual, era "el Bob Dylan en español" (!).
Con Maradona la charla de fútbol fue un tanto anodina, hasta que Susana hizo lo que mejor sabe: suplir sus falencias como entrevistadora aprovechando la cercanía con el entrevistado y su aura de ingenuidad.
La comunicación telefónica con Giannina ("Sí, soy celoso del Kun Agüero", dijo Diego) y la confesión del técnico de que hacía seis años que no tomaba drogas gracias a sus hijas fueron los momentos más altos en emoción.
También participó Antonio Gasalla. Como suele ocurrir, en el personaje de la Abuela chicaneó a Susana Giménez con su estado civil ("Me cansé de los hombres", había lanzado poco antes la propia conductora) y con chismes varios.
Con Ricardo Darín la apuesta era segura. En una charla repleta de guiños al pasado común, el actor mostró su simpatía, recibió una suerte de homenaje de actores (desde Pablo Rago hasta Norma Aleandro) y presentó su nueva película, "Carancho", dirigida por Pablo Trapero. Para el final, un musical de "La bella y la bestia". A esa altura, las cifras del rating confirmaban que el romance de la diva con el público sigue intacto.
Estrenando su Martín Fierro de Platino y con un vestido "alhaja" que no dejaba mucho espacio para la imaginación, cortesía de Manuel González, Susana Giménez volvió a su espacio en un programa –por única vez- sin cortes.
El inicio del programa mostró una coreografía no tan grandilocuente como la de Marcelo Tinelli del lunes pasado, pero con su gracia, cortesía de un nuevo coreógrafo, Darío Petriuzzo.
El Martín Fierro de Platino que se le entregó tras una votación telefónica se llevó varios comentarios. "Quiero agradecerle a la gente. Gracias al pueblo por estar conmigo", expresó. Y luego confesó que había llamado para votarse cuatro veces.
En su monólogo inicial también habló de sus cinco meses de vacaciones, aunque aclaró que había estado trabajando en ese tiempo. Descontracturada y fresca (y bastante olvidadiza) tomó lugar en su tradicional escritorio y agradeció la torre de flores y regalos que recibió para el debut.
El primer invitado en aparecer fue Enrique Iglesias, quien cantó y a su vez le cantaron el "Feliz cumpleaños". "No podés ser tan lindo, me ponés nerviosa", le dijo Susana. El español presentó su disco y una buena dosis de desmesura: un poco cuando elogió a Aerolíneas Argentinas como "la mejor del mundo" y en demasía cuando arriesgó que Juan Luis Guerra, con quien hizo un dueto virtual, era "el Bob Dylan en español" (!).
Con Maradona la charla de fútbol fue un tanto anodina, hasta que Susana hizo lo que mejor sabe: suplir sus falencias como entrevistadora aprovechando la cercanía con el entrevistado y su aura de ingenuidad.
La comunicación telefónica con Giannina ("Sí, soy celoso del Kun Agüero", dijo Diego) y la confesión del técnico de que hacía seis años que no tomaba drogas gracias a sus hijas fueron los momentos más altos en emoción.
También participó Antonio Gasalla. Como suele ocurrir, en el personaje de la Abuela chicaneó a Susana Giménez con su estado civil ("Me cansé de los hombres", había lanzado poco antes la propia conductora) y con chismes varios.
Con Ricardo Darín la apuesta era segura. En una charla repleta de guiños al pasado común, el actor mostró su simpatía, recibió una suerte de homenaje de actores (desde Pablo Rago hasta Norma Aleandro) y presentó su nueva película, "Carancho", dirigida por Pablo Trapero. Para el final, un musical de "La bella y la bestia". A esa altura, las cifras del rating confirmaban que el romance de la diva con el público sigue intacto.
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