jueves, 14 de mayo de 2009

NAZIS EN ARGENTINA,OTRO NAZI DETENIDO EN ESE PAIS!


Argentina y nazismo, una coincidencia que se repite


Esta semana se conocieron los casos del cura negacionista de La Reja y la muerte de Albert Heim, el jerarca nazi que había vivido en Bariloche. Son dos informaciones que refuerzan en la opinión pública internacional la asociación entre la Argentina y el nazismo. Una vergonzante relación iniciada luego de la Segunda Guerra Mundial.
Por Rodrigo Lloret


A prision. Priebke ingresa a los tribunales que lo condenarán en Roma, tras estar en Argentina.
En 1938, la Argentina dictó una orden secreta prohibiendo entregar visas a los judíos que huían de Europa de las garras del nazismo, que ya empezaba a evidenciar su carnicería. Pero tuvieron que pasar muchos años para que el 8 de junio de 2005 aquella resolución, la nefasta Circular 11, se hiciera pública y fuera condenada por el Estado argentino.

“La historia de nuestro país ha estado plagada de convenientes silencios que permitieron la construcción de una ‘historia oficial’ que excluía datos molestos tales como la existencia de esta circular. Así, la historia para los argentinos se convirtió en un territorio en el cual la verdad y la mentira se hicieron intercambiables”, dijo el periodista Uki Goñi, el mayor responsable de la anulación de la Circular 11.

Goñi es el luchador más tenaz contra aquella vergonzante asociación que vincula en la opinión pública internacional a la Argentina con el nazismo. En La auténtica Odessa, su más importante trabajo, el autor describe el antisemitismo prebélico de la élite argentina y documenta los primeros contactos entre el gobierno de Juan Domingo Perón y los nazis. Su impecable investigación se fundamenta en archivos inéditos de la inteligencia estadounidense, en documentos europeos recientemente descubiertos y en entrevistas con las personas implicadas. Con esa información, Goñi detalla cómo se construyó la ruta que permitió el arribo de jerarcas nazis a la Argentina.

Los casos más emblemáticos fueron los de Adolf Eichmann, que organizó las deportaciones de judíos de toda Europa a los campos de exterminio; Josef Mengele, el médico de las SS en Auschwitz, y Erich Priebke, el oficial de las SS responsable de la matanza de rehenes italianos en Roma. Pero fueron muchos más los criminales del Tercer Reich que hallaron refugio en la Argentina.

Es, precisamente, esa lamentable historia, ampliamente difundida en el mundo entero, la que esta semana volvió a invadir los titulares de los diarios más influyentes de todo el mundo cuando Richard Williamson negó el Holocausto y, paralelamente, se conocía la muerte de Albert Heim, el último de los mayores criminales nazis que estaba siendo buscado.

Williamson y Heim hicieron que, otra vez “Argentina” y “nazi” sean palabras que convivan en la prensa internacional para refrescar aquella vieja asociación que une desde el fin de la Segunda Guerra Mundial a la Argentina con las huestes de Adolf Hitler.

La primera revelación, que llegó a la tapa de The New York Times, y tuvo un importante despliegue en el británico The Times, el español El País, el francés Le Monde y el brasileño Folha do Sao Paulo, por citar tan sólo a algunos medios, se refiere a la muerte de Heim, conocido como Doctor Muerte. El jueves se supo que falleció en El Cairo en 1992 luego de haber sido buscado incansablemente en la Patagonia argentina. Sin ir más lejos, representantes del Centro Simón Wiesenthal estuvieron en Bariloche el 28 de noviembre pasado siguiendo el rastro de Heim en la Argentina, donde denuciaron que había vivido.

Este médico, que militó en el nacionalsocialismo desde sus orígenes, utilizó los conocimientos de la ciencia para sus experimentos macabros en los que buscaba comprobar cuánto tardaba en morir un ser humano luego de aplicarle inyecciones intracardíacas de fenol, agua o petróleo. Fue acusado de haber terminado en dos meses con la vida de 300 judíos en los campos de concentración.

La segunda noticia, que también fue destacada en todo el mundo, tuvo que ver con Williamson, el impresentable obispo ultraconservador que negó el Holocausto desde La Reja, a tan sólo 50 kilómetros de Buenos Aires. En esa ciudad de Moreno, donde el británico dirige desde hace cinco años el único seminario lefebvrista que se dicta en América latina, Williamson dijo que “nadie murió en una cámara de gas” durante el nazismo. Y ayer volvió a la carga.

En el preciso momento en el que las organizaciones judías advierten sobre un nuevo rebrote antisemita en la Argentina, estos dos hechos llegan para confirmar que, lamentablemente, el nazismo sigue siendo noticia en este país.

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